Conciliación: una lucha de todos

Conciliación: una gran palabra que en teoría viene a decir dar facilidades para combinar el trabajo y la vida familiar y personal. Y digo en teoría porque en España no es así. Aquí o no existe conciliación o significa cuánto dinero/derechos estás dispuesto a perder para poder ocuparte de tu familia, e incluso prestigio social y laboral. También aquí parece que conciliar es un verbo femenino, los hombres  lo tienen más crudo y está peor visto.

Evidentemente no en todos los países es así; todos sabemos que los países del norte de Europa son la panacea para tener familia: largas bajas, facilidades para trabajar desde casa, excedencias parcialmente remuneradas, prestigio social, valor de la infancia. Y no existe discriminación hacia las mujeres, porque los hombres también concilian.

Pero amigos, esto es España, donde si estás calentando la silla parece que trabajas más; donde nos han vendido un tipo de paternidad acorde con sus tiempos productivos: las guarderías son importantes para socializar, los biberones son mejores que la lactancia materna, los niños tienen que dormir solos, están malcriados si no se quedan con cualquiera, tienen que tener horarios… todo lo necesario para amoldarse a nuestra vida y no nosotros a la vida del niño, así podemos seguir en la cadena productiva y no sentirnos mal.

Por suerte algo está cambiando. Nuestro instinto nos dice que eso no es lo correcto, cada vez más padres quieren implicarse más en la vida de sus hijos, estar más presente. Y somos muchos los que pensamos que esto debe cambiar, y cada uno hace lo que puede para que así sea, trampeando la realidad, porque no hay otra manera. Muchos no pueden hacer más esfuerzos económicos o tienen miedo de hacerlo por lo que pueda pasar.

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Lo que critico es a la gente que sí puede. Y todo esto viene a colación de la noticia del futbolista Piqué, que recién nacido su hijo se fue a las pocas horas a trabajar. Es un hombre que no tiene necesidad, tiene la vida resuelta, tiene un trabajo que no es imprescindible, su hijo necesita a su padre igual que el del obrero, su mujer necesitará apoyo igual que todas las que parimos… pero aplaudimos su amor al trabajo.

Criticamos un sistema que nos hace ir a trabajar un montón de horas y no ver a nuestros hijos y que sólo da 15 días de baja paternal a los padres y 16 semanas a las madres, pero aplaudimos que los famosos y poderosos vayan a trabajar. Incoherencias de este país.

Evidentemente cada uno puede hacer lo que quiera, pero hace un flaco favor a la gente que querría estar con sus hijos. Casi pediría que dieran ejemplo, que normalicen las bajas de paternidad, que se impliquen y que sumemos entre todos para hacer una sociedad más pro-niños. Porque los demás ya intentamos conciliar día a día.